...bajo las palmeras, en Elche
Conocí
a Camilo José Cela como escritor en 1968 a través de la asignatura de
Literatura Española en el sexto curso del Bachillerato de entonces. En el
Instituto Jorge Juan la profesora era doña María Pascual. El programa llegaba
hasta la actualidad del momento, pero eso eran unos pocos temas y se impartían
de compromiso; el conocimiento extenso de literatura llegaba hasta la Generación
del 27, con mucha insistencia en el Siglo de Oro. De los contemporáneos unas
pinceladas de media docena de autores, entre ellos Cela.
En ese curso Cela vino a Alicante a impartir una conferencia en el aula de la Caja de Ahorros del Sureste. Lleno total. De cómo conseguí una butaca enfrente del orador y en la cuarta fila no lo recuerdo, supongo que debí anticiprme mucho. El título de la conferencia “La evolución del lenguaje”. Salí impresionado de la erudición de la que hizo gala y de lo dicharachero que era respondiendo con desparpajo a las preguntas que le formuló el público después de la disertación.
En el
año 1984, Cela impartiría en el Instituto Español de Roma una conferencia con
el mismo título, ¿fue también el mismo contenido?
En
1968, Cela era conocido por su Viaje a la
Alcarria ,La familia de Pascual
Duarte y por la primera edición en España de La colmena que se tuvo que editar en 1951 en Buenos Aires por
problemas con la censura. También dirigía y editaba desde 1956 la revista Papeles de Son Armadans . También en
1968 apareció el primer volumen del Diccionario
secreto que fue todo un acontecimiento en la España pacata de la época.
Cela
estuvo en varias ocasiones en Alicante, varias de ellas en Elche en donde la Caja
de Ahorros le dedicó un monumento en el huerto de su propiedad, el Hort del
Xocolater, inmediato a la Torre de la Calahorra, entre ésta y el Parque Municipal.
En una primera visita en 1962 a dicho huerto eligió el emplazamiento y
finalmente el 25 de agosto de 1965, acudió a la inauguración. Por supuesto allí
estuvieron todas las fuerzas vivas del lugar y del momento.
Terminados
los discursos, el provocador Cela se dio un baño en una pequeña alberca próxima
al monumento.
Cela
fue un histriónico narcisista y este tipo de extravagancias fue una constante
en su vida.
Al año
siguiente del baño ilicitano, la hoguera del Distrito Florida-Portazgo incluyó
un ninot que reproducía el del monumento de Cela. Enterado este, acudió a ver
el monumento fogueril, participó en un pasacalles tocando el bombo y concluyó
la visita arrancando el ninot, cargándolo en la baca de su coche y llevándoselo
a Madrid.
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