GASTRONOMÍA A LO GRANDE

Alicante Gastronómica, III Edición (2021)

Desde el viernes 24 de septiembre hasta el lunes 27 se celebra en Alicante una convención del mundo de la gastronomía en su sentido amplio que incluye bebidas de toda índole, no sólo alcohólicas.

Tiene un extenso programa que ocupa la mañana y la tarde de los días en que se celebra. Para los profesionales del sector, que diría un sindicalista, es una gran ocasión para establecer contactos y ver que se cuece, valga el doble sentido.

Me acerqué el sábado a curiosear y lógicamente lo hice a la hora de la comida, porque así aprovechaba para degustar tanto alimentos como bebidas. 









Mientras me desplazaba me llamó la atención la ausencia de vehículos en el trayecto y llegué a pensar que me había equivocado de fin de semana. En cuanto salí de la rotonda de acceso al recinto ferial, que al estar elevada tiene una vista completa de la explanada de aparcamiento, ya me expliqué la ausencia de tráfico…ya estaban todos allí.

Como era hora punta las cinco taquillas tenían unas largas colas, pero el ritmo de venta de las pulseras de control era rápido y en menos de diez minutos ya la tenía en mi poder.

El recinto es inmenso y había mucho visitante pero sin agobios.









Las pulseras se podían cargar con dinero pero había que hacer de nuevo colas para ello (es el estilo soviético que parece gustar tanto). Me dirigí a un puesto, pregunté y se podía pagar en efectivo o con tarjeta. El resto fue igual. ¡Al guano las colas!

A pesar de todas las precauciones tube que esperar a una larga digestión para poder conducir de vuelta sin problemas. Aproveché para visitar todas, repito todas, las paradas (stands, para colonizados culturales). Las había de comida, de bebida, de dulces, muchas institucionales, de condimentos y otros aditivos… ¡hasta las universidades de la provincia tenían una!.









Como no soy palmero ahí van algunos inconvenientes:

- Las colas para cargar las tarjetas, pudiendo prescindir de ellas para los pagos.

- El sistema de adaptación de la tarjeta a la muñeca, que no permite aflojarlo. Es un tubo de un cm. con un sistema de ganchos interior. Si se te va la mano se queda ceñido a la muñeca y la única opción de liberarte es cortar la cinta.




- La ropa se me impregnó de olor a cocina, como en los chiringuitos baratos. Allí no se notaba. Esto supone que el sistema de ventilación no es lo suficientemente eficaz y no parece lo mejor mantener un aerosol de microgotas de aceite en tiempos de pandemia en un ambiente cerrado, por muy altos que estén los techos.

El gran Antonio Molina:

            

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