DEFAUNACIÓN

 Desaparece la vida animal silvestre

En los últimos cincuenta años se viene notando una disminución de la fauna en todo el planeta. Alicante no es la excepción a este fenómeno y tanto en las ciudades como en el campo cualquier observador atento de la naturaleza ha podido constatar esta realidad. Es algo progresivo y alarmante.


Aquellos que tengan por costumbre salir “al campo” por afición: a pasear, a hacer senderismo, montañeros, etc. o bien por obligación: agricultores, agentes forestales... han venido observando una disminución de la densidad de las especies animales.

Personalmente comencé a observar este fenómeno a principios de los años 80. Aficionado entonces a la fotografía de la naturaleza y entomólogo amateur, se me hacía cada día más difícil encontrar escorpiones, tan abundantes antes en los terrenos de secano de l’Alacantí.

También comenzó a llamar mi atención que las bandadas de tordos eran cada vez más pequeñas, que las golondrinas que llenaban los cables entre postes iban disminuyendo en número, los vencejos también disminuían y finalmente los gorriones iban escaseando en las ciudades. Igual ocurría con el resto de pájaros en el campo.










Año tras año me resultaba más difícil encontrar especies hasta entonces abundantes.









En la actualidad produce tristeza la disminución de artrópodos y hasta de moluscos. La primera consecuencia es la disminución de vertebrados: lagartos, lagartijas, salamandras, culebras, anfibios, erizos y un largo etc. son ya rarezas en nuestro entorno. Igual ocurre con los abejarucos, tan frecuentes antaño en los ribazos de barrancos o de antiguas canteras y con los mochuelos: hace ya varios años que no he visto uno.

De los grandes vertebrados únicamente el ubicuo zorro, el jabalí y los prolíficos conejos se pueden ver incluso con más frecuencia que antes debido a la disminución de la caza.

Dado que los artrópodos (insectos y arácnidos, fundamentalmente) están en la base de la pirámide trófica, su disminución en número de individuos y de especies afecta al resto de animales.

Esta disminución de las especies animales que personalmente he advertido en la naturaleza empecé a verla en mi entorno más inmediato que es, lógicamente, el que más frecuento y es la comarca de L’Alacantí. Al documentarme para encontrar una explicación he aprendido que es un fenómeno a nivel planetario, que se conoce desde hace treinta años y al que se le da el nombre de DEFAUNACIÓN.

Un pionero en estos estudios es el Dr. Rodolfo Dirzo Minjares, que los inició en las selvas de México y pudo comprobar que en la reserva de Los Tuxtlas, en Catemaco, había una disminución de los animales en relación a los Montes Azules de Chiapas.

Dirzo propugna la existencia del Antropoceno como época geológica. La Geología y la Paleontología exigen algunos requisitos para que se pueda dar esta denominación. Es un debate todavía abierto. El Antropoceno sería la época en que la acción del hombre ha modificado las condiciones del Planeta.


El Dr. Derzo en Mexico
Dr. Rodolfo Dirzo

El término Antropoceno fue utilizado por primera vez por el biólogo Eugene F. Stoermer en los años 80 y fue popularizado por el químico Paul Crutzen (Premio Nobel en 1995) en sus estudios sobre la química atmosférica.

Dirzo comenzó a utilizar el término defaunación a principios del año 2000, pero no fue hasta el 2014, en que tras la publicación del artículo “Defaunation in the Antropocene” en Sciencemag se ha popularizado el uso de ambos términos. Resumo algunos puntos del artículo:

El término defaunación se refiere a dos pérdidas: la de especies y la del número de individuos de una especie y se usa con el mismo significado que el de deforestación.

Un seguimiento global monitorizando una muestra de 452 invertebrados ha mostrado un descenso del número de individuos desde 1970.

Aunque estamos empezando a entender los patrones de defaunación se está lejos de conocer cómo afectará esto a la filogenia.

Las causas de la defaunación son: sobreexplotación, destrucción del hábitat y el influjo de especies invasoras.

A este último punto es a donde quería llegar: la destrucción del hábitat. Utilizando la hoja nº 872 del Mapa Topográfico Nacional, cuadrante nº3  (escala 1/25.000) que corresponde a Alicante Este, la Huerta de Alicante y algo de San Vicente, he preparado dos imágenes que se corresponden con los años 1959 y 2008. Aunque tarden más en bajar las pongo a máxima resolución para que puedan apreciarse los detalles.


L'Alacanti en 1959
La huerta de L'Alacanti en 1959

He señalado en el mapa el trazado del canal de Riegos de Levante y las balsas que había. El canal tiene tramos subterráneos que no están marcados, el resto iba al aire (todavía hoy son visibles algunos tramos)

El número total de balsas es de 110. Estas estaban comunicadas con la fuente de agua por acequias y también una red de acequias distribuía el agua para riego. Esta red de acequias llevaba pareja la existencia de una vegetación en sus orillas que servía de cobijo a todo tipo de artrópodos, moluscos (caracoles y babosas) y pequeños vertebrados, incluidos los anfibios y culebras. Los márgenes de los bancales con su vegetación eran también refugio y residencia de la fauna.

Todo el campo y huerta, con su infraestructura de riego se ha ido perdiendo con el tiempo y el territorio ha sido ocupado por viviendas, en el mejor de los casos, unifamiliares con una parcela, donde algunos artrópodos y pequeños vertebrados sobreviven escasamente.


L'Alacanti en el 2020
La huerta de L'Alacanti en 2020

En algunos lugares quedan todavía vestigios de esas infraestructuras.

[FOTOS DE BALSAS, LAVADERO Y ACUEDUCTO DEL CANAL]

La defaunación también se produce por la pérdida de masa vegetal. El término  desforestación se refiere a la pérdida de árboles, pero no he encontrado el término para la pérdida de vegetales no arbóreos (existe el término desfloración, pero no se refiere a lo que pretendo denominar). Lo más parecido que he encontrado a la idea que quiero exponer es la de “cobertura vegetal”. Cuando hay pérdida de la cobertura vegetal, hay también defaunación por destrucción del hábitat.

Un ejemplo de esto lo tenemos en los barrancos del Juncaret  y de Orgegia.


Barrancos del Norte de Alicante
Barrancos encauzados

El encauzamiento  de ambos barrancos ha supuesto una pérdida de suelo y de vegetación de ribera de 217.500 m2 para el barranco del Juncaret y de 82.800 m2 para el de Orgegia. Para hacernos una idea ambas superficies son las de 42 campos de fútbol. En España los campos de Primera División, aunque no son todos iguales suelen medir de promedio 105 x 68 m (= 7.140 m2)


Publicar un comentario

0 Comentarios